domingo, 12 de junio de 2011

desconfio.

desconfio y si no desconfio, algo acontece que me hace desconfiar.

después de llevar el coche a reparar 3 veces para el mismo problema habiéndome gastado el sueldo que no tengo, me sale desconfiar y llevarlo a otro taller, con desconfianza, por supuesto.
Lo reparan y conduzo con desconfianza, analizando cada ruido, porque la desconfianza me ha hecho leer páginas y páginas de mecánica, supongo que en mi todavía confío.

Salgo del tren (sin coche mientras me lo reparan, claro), un tipo se me acerca, es casi medianoche, me pregunta si hablo inglés, me pide un euro y medio para poder comprar un billete de tren, que el banco se ha tragado su targeta de crédito y no puede sacar. El tipo hace casi dos metros de alto y uno de ancho, su cara de desespero le da un toque frágil a pesar de tu tamaño. Yo saco las monedas que llevo en el bolsillo y separo cuidadosamente un euro y medio y se lo ofrezco. El tipo parece haberse enamorado del resto de monedas y me dice que si no me importa darle un par de euros más. Me lo quedo mirando pensando si se ríe de mi o realmente me está pidiendo más dinero. Me dice que no me va a pedir más, 3,5€ és lo que negociamos. Yo que iba andando a casa para ahorrarme el tramvia (0,90€) acabo pensando: la avaricía rompe el saco.

Salgo del metro de Barcelona, una chica le pide dinero a un tipo para coger el metro, le falta 1€ para el billete, el tipo le dice que no y que no insista, yo me quedo mirando la escena desde la distancia pensando: qué tipo más incomprensivo! - sigo mirando a la chica, pensando en acercarme y darle el euro o no. Ella se acerca a una chica y le hace la misma pregunta: tienes un euro? no me llega para el metro y voy con prisa. Recibe un euro. Me quedo observándola todavía, sigue pidiendo euros, sin compasión.

Salgo a la calle y un señor bien vestido me pide 1,45€ para pagar el metro. No me lo puedo creer. Lo miro un instante, dudo... y acumulo coraje para decirle: no, lo siento.

Andando por la calle después de comprarme la comida en el super, se me acerca un tipo más joven que yo, no llegaba a los 30, bien vestido, guapetón y me dice si me puede hacer una pregunta, claro, por supuesto, dime. Tienes algo de dinero para comprarme algo de comer?
No puedo evitar la tentación de sonreir, esta vez ni tan solo dudo, le digo: sí, claro. No, no tengo.

Y esta evolución...no es triste? Me parece lo más triste del mundo.

Ayer iba en coche y había un tipo haciendo auto-stop en la carretera, las ganas de cogerlo eran importantes, especialmente porque siempre voy sola en el coche y camino de Bruselas, con lo que seguro que soy el taxi ideal para esos autostopistas. Sin embargo, desconfié.

Me pregunto porqué la evolución es en ese sentido y no al revés. Por qué crece la desconfianza en vez de crecer la confianza?

No es que yo sea altruista y me guste ayudar a la gente, la verdad es que hay poco de altruismo, siempre pienso que si fuera al revés, si yo hubiera perdido la targeta y necesitara un euro, querría que alguien me lo diera...aunque tonta como soy estoy segura que inventaría algo antes de pedir nada a nadie.

contando...