viernes, 18 de marzo de 2011

hablar vs. comunicar


A menudo nos cuesta darnos cuenta de las cosas. Poco a poco me he dado cuenta de lo mucho que hablo y lo poco que me comunico.
Hace unas semanas recibí la visita de una gran amiga que justo ha pasado por una pequeña (o tal vez grande?) depresión y hablábamos porque creo que yo también estoy pasando por una (bueno, no creo, soy bastante consciente). Le hablé sinceramente, le dije todo lo que me preocupaba, me vacié. Y ella se sorprendió y me dijo: pero nena! si ya tienes medio partido ganado! Sabes sacar de dentro lo que te pasa! A lo que yo contesté: ya, y qué? ahora qué?

Es casi una cuestión física, aunque parezca imposible. Se me acumulan las palabras en la cabeza, y el almacén de palabras se llena hasta el punto que me es preciso vaciarlo. Con orden o sin él, cronológicamente o en absoluto caos. Tengo que vaciarlo. Pero no me estoy comunicando, sólo estoy hablando (o escribiendo). Incluso, algunas de ellas ya representan pensamientos obsoletos.

Comunicarme se ha vuelto uan tarea árdua desde que vivo sola. Soy tímida y solitaria, aunque más de uno de los que lean esto van decir todo lo contrario. Estar sola era una necesidad y ahora no sé si estoy sabiendo lidiar bien conmigo misma.
He perdido el hábito de conversar. Hago monólogos con mi diario y a veces con la mujer que amo, no me comunico.

No sé qué hacer con mis palabras, no sé cómo ordenarlas para usarlas óptimamente, tampoco me sale callar. Las palabras se materializan dentro de mi. Sé que debe haber una manera de optimizar su orden. Pero no la encuentro.

Supongo que ser consciente de esto ya debe ser un paso.

contando...